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Espacios de Estudio, Formación
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Reflexiones vivas - Desafío
Formación en valores y desarrollo de la personalidad

Presentación de este espacio

Desafío
  • Necesidad de promover una formación integral

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  • Un método para humanizar la empresa VI - Un testimonio elocuente de empresarios preocupados por la excelencia
  • Un método para humanizar la empresa V - Una clave para superar actitudes consideradas como opuestas
  • Un método para humanizar la empresa IV - Condiciones de la excelencia empresarial
  • Un método para humanizar la empresa III - La excelencia de la vida empresarial
  • Un método para humanizar la empresa II - La experiencia de encuentro
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  • El sentido profundo del juego y de las fiestas VII
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  • El sentido profundo del juego y la fiesta V - El juego deportivo y la formación humana
  • El sentido profundo del juego y la fiesta IV - Las fiestas iluminan el sentido de la vida
  • El sentido profundo del juego y la fiesta III - El sentido de las fiestas
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  • El sentido profundo del juego y la fiesta I - Revalorización actual del juego
  • El silencio de Dios
  • Las sinrazones del aborto XVIII. Reflexión final
  • Las sinrazones del aborto XVII. La gran meta actual: evitar todo tipo de aborto
  • Las sinrazones del aborto XVI. La gravedad del síndrome postaborto
  • Las sinrazones del aborto XV. El “derecho al aborto”: una contradicción en sus términos
  • Las sinrazones del aborto XIV. El respeto incondicional a la vida: pilar básico de la sociedad
  • Las sinrazones del aborto XIII. Lo que procede es acoger la vida, no destruirla
  • Las sinrazones del aborto XII. La sinrazón de una “ley de plazos”
  • Las sinrazones del aborto XI. La democracia se asienta en la colaboración y el juego limpio
  • Las sinrazones del aborto X. Respetar la realidad es la base de la vida democrática
  • Las sinrazones del aborto IX. La frivolidad en la defensa del aborto
  • Las sinrazones del aborto VIII. Carácter manipulador de ciertos planteamientos proabortistas
  • Las sinrazones del aborto VII. Recursos tácticos inaceptables
  • Las sinrazones del aborto VI. Estrategia movilizada para la defensa del aborto
  • Las sinrazones del aborto V. Intento fallido de legitimación del aborto
  • Las sinrazones del aborto IV. Qué significa “legalizar” el aborto
  • Las sinrazones del aborto III. Vanos intentos de justificación
  • Las sinrazones del aborto II. El aborto y el regreso cultural
  • Las sinrazones del aborto I. Introducción. La práctica del aborto, un tema que da que pensar
  • La música nos hace más inteligentes
  • Ética privada y ética pública
  • La tolerancia y la libertad de expresión
  • La experiencia estética, puerta de acceso a las experiencias filosóficas
  • El poder elevador del gregoriano y la polifonía de la Escuela Romana
  • Valor expresivo del canto
  • El cuerpo humano y su alto rango
  • La PASIÓN SEGÚN SAN MATEO, de Juan Sebastián Bach (1685-1750), una experiencia estética y religiosa decisiva
  • La experiencia estética, glorificación de lo sensible
  • El poder formativo de la música
  • Una clave para una enseñanza eficaz
  • Romano Guardini, una vida consagrada a la verdad
  • La responsabilidad de los medios en el fomento de la paz
  • Romano Guardini, un gran maestro revitalizado
  • El silencio de Dios
  • Aportación decisiva del cristianismo a la cultura occidental
  • La pedagogía de la admiración y su fecundidad educativa
  • Los niveles de realidad y de conducta y su importancia decisiva en la vida humana
  • La belleza de la armonía entre naturaleza y cultura
  • La creatividad en la vida cotidiana (primera parte)
  • La creatividad en la vida cotidiana (segunda parte)



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    Necesidad de promover una formación integral

    Alfonso López Quintás

    Hoy día se habla y discute mucho sobre lo que ha de entenderse por una enseñanza de calidad. Indudablemente, ésta debe tener como meta el logro de una formación integral. Para que sea integral, ha de garantizar que los alumnos

    1. asimilen los contenidos de las diversas áreas de conocimiento;
    2. aprendan a pensar con rigor y a discernir lo que promueve nuestro desarrollo personal y lo que lo bloquea;
    3. configuren la propia personalidad de modo equilibrado y fecundo.

    Hasta qué punto cumplen los alumnos la exigencia del punto 1 se advierte en las diferentes evaluaciones escolares. Las tareas del punto 2 apenas son consideradas como materia de examen porque, entre otras razones, se da por supuesto que, al enseñar contenidos, ya se cultiva la inteligencia, el poder de discernimiento, la capacidad de decisión... Esta falsa suposición es sumamente peligrosa, pues, si no se aprende a pensar con rigor (tarea 2), no es fácil orientar la vida hacia el auténtico ideal y darle, así, el debido equilibrio y la necesaria fecundidad (tarea 3). Este doble fallo queda patente en las siguientes experiencias.

    Durante años impartí clases de Estética en el quinto curso de una facultad universitaria de filosofía. Para analizar a fondo obras literarias, cinematográficas y operísticas de calidad, necesitan los alumnos conocer las leyes del desarrollo humano. Un día les comenté el pasaje de la genial película Ben Hur en el cual el prepotente cónsul romano, al advertir que el galeote Judá Ben Hur le había salvado la vida, le dice: "Oye 41, ¿en realidad cómo te llamas?" El remo de la galera al que había estado encadenado injustamente este joven tenía el número 41. Rogué a los alumnos que penetraran en el sentido profundo que tiene esa pregunta en ese preciso momento. Sólo algunos supieron dar una respuesta atinada. Sin duda por desconocer el verdadero valor del lenguaje, sus compañeros estaban lejos de sospechar la gravedad que encierra no llamar a una persona por su nombre propio.

    Romano Guardini solía decir que "la mentira nos enferma y la verdad nos sana" 1. ¿Sabe un joven explicar de forma precisa qué función ejerce en la vida humana la mentira, entendida como menosprecio de la verdad? En caso positivo, conoce las leyes que regulan el desarrollo de una persona en cuanto tal. Está básicamente formado. En caso negativo, ha de reconocer que sufre un "analfabetismo de segundo grado". Sabe leer, pero no capta el sentido profundo de lo que lee.

    Este analfabetismo nos impide ser guías de nosotros mismos y guiar debidamente a otros. Figúrate que viene a ti un joven y te dice que "se siente inmensamente libre" porque sus padres le mantienen una cuenta corriente suculenta y le permiten hacer con ella lo que más le apetezca. ¿Sabrás explicarle en breves palabras que hacer lo que apetece se reduce a mera "libertad de maniobra", por encima de la cual se halla la verdadera libertad humana, la "libertad creativa"? Si lo sabes, eres un guía, un líder espiritual auténtico. De lo contrario, careces de luz para orientarte en la vida y orientar a otros.

    En debates radiofónicos y televisivos se observa que muchas personas confunden la apetencia pasional y el amor. Uno se alarma al advertir, una vez y otra, que tal confusión les parece algo obvio. ¿Sabrías explicarles que se trata de experiencias humanas muy diferentes, por estar situadas en niveles distintos de realidad? Si no lo sabes, no podrás realizar con ellos la labor de guía que nos compete a todas las personas, por el hecho radical de que somos seres comunitarios y debemos colaborar a crear vida comunitaria auténtica.

    Dos novios estaban a punto de separarse. La joven reprochaba al joven que sólo buscaba en sus relaciones el ejercicio escueto de la sexualidad. El novio no comprendía la razón de tal reproche, pues para él la vida amorosa se reducía a la saciedad de un instinto. Yo les indiqué que, para ser auténtico, el amor conyugal debe implicar cuatro elementos: la sexualidad, la amistad, la proyección comunitaria del amor —es decir, la creación de un hogar—, y la fecundidad del amor —el incremento de la unidad entre los esposos y la donación de vida a nuevos seres—.

    " La sexualidad responde a impulsos instintivos y no implica, de por sí, capacidad creativa en quien la ejercita. Don Juan, el "Burlador de Sevilla", era un joven dominador, seductor, capaz de arrastrar la voluntad de las mujeres que deseaba convertir en presa erótica. Pero no mostró nunca una actitud creativa.

    " Los otros tres elementos exigen el salto a un nivel superior —el nivel de la creatividad—, pues suponen la voluntad de crear una relación de amistad y un espacio comunitario de despliegue de la misma.

    Tras mi explicación, el novio me confesó que nunca le habían explicado que debemos movernos en distintos niveles de conducta, pues las realidades que tratamos y las que deseamos crear presentan exigencias diversas. "Ahora veo la razón que tenía mi novia —confesó— para sentirse desazonada ante mi conducta, pero la verdad es que ella no supo explicarme la razón profunda de su descontento". He aquí cómo una sencilla clave de orientación puede ser suficiente para que un joven se abra a un nuevo horizonte y oriente su vida de modo ajustado a su realidad personal. Ofrecer este tipo de claves de orientación es la tarea propia de los guías o líderes.

    Con frecuencia, los directores de centros escolares lamentan que no pocos de los jóvenes que salen de sus aulas son pronto irreconocibles en el aspecto espiritual. Les da la impresión de que su esforzada labor formativa ha sido barrida bruscamente por el tornado de la manipulación. Si se da ese deterioro precipitado, debieran pensar que la formación que imparten —excelente, sin duda, en muchos aspectos— resulta hoy insuficiente porque no dota a los alumnos del necesario antídoto contra la manipulación, consistente en tomar estas tres medidas: estar alerta, pensar con rigor, vivir creativamente. Un joven dotado de tal antídoto se halla inmunizado en buena medida contra los ardides de los manipuladores.

    Ciertos periodistas proclaman su aversión a la droga y organizan acontecimientos deportivos para ayudar económicamente a la recuperación de los drogadictos. Es admirable esa actitud, pero nos preocupa observar que a veces ellos mismos difunden en sus programas una actitud hedonista ante la vida. Sabemos que el hedonismo es la actitud que lo convierte todo egoístamente en fuente de gratificaciones, y el egoísmo es el origen de la entrega a los diferentes modos de fascinación o vértigo. No conocer las leyes del desarrollo humano nos impide ejercer una función de verdaderos líderes.

    A menudo, los profesores y educadores se quejan de la tendencia actual de los jóvenes a la indisciplina, pero no se cuidan de poner las bases para que ya los niños descubran que la libertad y las normas no se oponen cuando se adopta en la vida una actitud creativa. Tal descubrimiento sólo es posible si aprenden a distinguir dos niveles de realidad: la de los objetos —que podemos manejar, dominar, canjear...— y la de ciertas realidades que, por ser superiores a los objetos, piden de nosotros una actitud de respeto y colaboración. Un poema me ofrece posibilidades para declamarlo artísticamente, saborear su expresividad, comprender su mensaje humanístico. Yo debo asumir activamente tales posibilidades y dar cuerpo expresivo al poema. Al hacerlo, actúo creativamente, y el poema —en principio, distinto y distante de mí, externo, extraño y ajeno— se me vuelve íntimo sin dejar de ser distinto. De modo semejante, una norma que sea juiciosa y me ofrezca una orientación fecunda para la vida he de asumirla como un principio de acción. Al hacerlo, la interiorizo, la convierto en el impulso interior de mi obrar, de modo que ya no es me externa sino íntima, aun siendo distinta de mí. En cuanto impulso de mi actuar, tal norma pone límites a mi libertad de maniobra, pero hace posible mi libertad creativa, que es la forma de libertad auténtica.

    Podemos considerar como bien formado a un joven que, al salir de las aulas escolares, sabe distinguir estos dos modos de libertad y no sólo no rehuye todo tipo de normas sino que las acepta gozoso y agradecido porque las ve como cauces que le posibilitan una vida reglada y fecunda. ¿Existen hoy, en las escuelas, guías que sugieran a niños y jóvenes la forma de descubrir por ellos mismos el verdadero sentido de las normas y la libertad? Esos educadores son auténticos maestros, guías, líderes espirituales, en el sentido más noble del término.

    Actualmente, diversos Estados desean formar a los jóvenes y exigen a los profesores que se conviertan en tutores o educadores, mediante la dedicación de cierto tiempo de clase a "enseñar" valores y creatividad. Esta medida no ha obtenido el efecto deseado, entre otras razones porque los valores y la creatividad no se "enseñan"; se "descubren". La tarea del educador consiste en sugerir a niños y jóvenes que hagan las experiencias necesarias para descubrir por propia experiencia qué son los valores, qué implica la creatividad y qué función ejercen ambos —creatividad y valores— en el proceso de nuestro desarrollo personal.

    Este tipo de formación exige un estudio sistemático del desarrollo de la personalidad humana. Es la tarea que he intentado desarrollar en diversas obras —Inteligencia creativa2, Descubrir la grandeza de la vida3, El secreto de una vida lograda4, El conocimiento de los valores5 …— y en el proyecto formativo que estoy promoviendo en España e Iberoamérica bajo la denominación de Escuela de Pensamiento y creatividad6 . A la luz de ese estudio sistemático, me propongo analizar en RIIAL diversos temas de gran incidencia en la vida personal y social de las gentes de hoy.

    [1] Véase El poder, Ediciones Cristiandad, Madrid 1982, p. 77.
    [2] Editorial BAC, Madrid 42003.
    [3] Editorial Verbo Divino, Estella (Navarra), 2004.
    [4] Palabra, Madrid 22004.
    [5] Editorial Verbo Divino, Estella (Navarra) 31999.
    [6] Sobre este proyecto puede obtenerse amplia información en su página WEB: www.escueladepensamientoycreatividad.org

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