Pastoral de la comunicación

Entrevista a Mons. Viganò. 2017 un año clave para la reforma de los medios vaticanos

¿Cuál es el estado de la reforma de los medios vaticanos? El diario argentino La Nación hace dos semanas publicó una entrevista muy interesante que Elisabetta Piqué realizó a monseñor Dario Viganò, sobre el avance de la reforma de los medios vaticanos. A continuación presentamos un extracto de las partes más importantes de la entrevista que dan una idea clara del proceso que se está siguiendo para unificar todas las entidades bajo un solo Dicasterio llamado Secretaría para la Comunicación con más de 600 funcionarios.


ROMA.-Para reorganizar, modernizar y volver más acorde con los tiempos actuales el imponente aparato comunicacional de la Santa Sede, el Papa creó, en junio de 2015, la Secretaría para la Comunicación, y designó su «prefecto» a monseñor Dario Viganó, hasta entonces director del Centro Televisivo Vaticano (CTV).

Aunque ya cambiaron muchas cosas, 2017 será un año clave para la implementación de esta reforma: a partir del 1° de enero se fusionarán Radio Vaticana y el CTV, y en Pascua empezará a funcionar un único portal multimedia del Vaticano con videos, fotos, tuits, textos y audios, en el que convergerán los distintos sitios de información que hubo hasta ahora.

En una entrevista con LA NACION, Viganó (54), profesor de teología de la comunicación en la Pontificia Universidad Lateranense, cercano a Francisco, no ocultó que tiene un desafío inmenso y, también, resistencias. «En estos procesos siempre hay oposición. Estamos un poco como Moisés y Aarón en el desierto: hacia atrás sabemos que no podemos volver, pero los frutos de la tierra prometida aún no los paladeamos. Y, en esa situación, muchos se lamentaban entonces y se lamentan ahora, y yo lo entiendo. Pero el desierto es también el lugar en el que uno se purifica. Aunque, por supuesto, siempre habrá casos patológicos de resistencia», dijo.

-Aunque el Papa dijo que no habrá despidos, esta reforma de los medios genera miedo…

-Más que miedo hay ansiedad, y me parece normal, suele ser algo intrínseco a los cambios. Efectivamente, el Papa ya dijo que nadie perderá su empleo, pero también hay que ganarse el sueldo. Desde ese punto de vista, si uno es profesional, si trabaja, no tiene nada que temer. Pero no olvidemos tampoco lo que dijo el Papa: si uno recibe un salario sin trabajar, el pan que lleva a su casa es pan sucio. Así que seré claro: no dejaremos espacio para que se produzcan ese tipo de situaciones.

-Pero, exactamente, ¿qué modificaciones habrá?

-Por un lado, cambiará la gestión económica para adaptarla al criterio apostólico. Un ejemplo concreto: para mí es muy importante que el magisterio del Papa llegue a la zona lingüística árabe y a la de lengua china. Se trata evidentemente de un criterio no económico, sino apostólico. Pero ese criterio tiene que conjugarse con lo que nos dice la doctrina social de la Iglesia, es decir, con que seamos absolutamente responsables con cada euro que gastemos, para que no sea un costo sino una inversión para el Evangelio. Eso es algo que ya está cambiando. Por ejemplo, eliminamos de la sala de prensa del Vaticano la mayoría de los boletines impresos en papel, por motivos económicos, pero también siguiendo las indicaciones del Papa de ser más ecológicos. Ahora enviamos esos boletines a los periodistas vía mail. Sólo esa medida significa un ahorro anual inmenso.

-¿Cuántas personas trabajan en total en los departamentos de comunicación vaticanos?

-Al final, cuando nos unifiquemos, seremos 650 empleados del Vaticano con contrato fijo. Muchos. Pero estamos poniendo en marcha y ya realizamos varios cursos de formación. La doctrina social de la Iglesia nos dice que el bien más preciado de una empresa son sus recursos humanos. Así que mandamos a algunos de nuestros empleados a hacer maestrías en periodismo digital, en marketing… Otro cambio es que el personal se pueda compartir, que no esté adscripto a una única institución. Además, con la ayuda de auspiciantes y de donaciones estamos dotándonos de tecnología más moderna. En la sala de prensa, por ejemplo, quité los dos televisores que teníamos de los años 70 y conseguí que Sony nos regalara dos pantallas de 75 pulgadas. Aún tenemos que poner fibra óptica en muchos sitios porque aquí todo es viejo.

-¿Qué más falta en esta reforma de los medios vaticanos?

-Cuando Francisco fue elegido papa, en los motores de búsqueda no aparecía ninguna página web vaticana en la primera pantalla. Eso significa que debemos enseñar a nuestros trabajadores a escribir para la Red, y eso comienza por esa inversión en formación que estamos haciendo. Porque ésa es otra: el modelo comunicacional que tenemos aquí es unidireccional, de los años 50, de arriba para abajo, nosotros decidimos y nos imaginamos que los demás nos escuchan embelesados. Pero ya no es así, debemos asumir otro paradigma, que sitúa a los usuarios en primer lugar.

-Poner como director y vice de la sala de prensa, que también está a su cargo, a dos «extranjeros» -uno norteamericano, Greg Burke, y una mujer, la española Paloma García Ovejero- fue una señal fuerte.

-El Papa eligió estas señales porque ésta es la sala de prensa de la Santa Sede, no de la iglesia italiana.

-¿Cuánto se juega la Iglesia con esta reforma de los medios vaticanos?

-En la reforma de la comunicación estábamos verdaderamente muy atrasados. Y creo que se puede dar un mejor servicio ante todo a las conferencias episcopales locales, a los voceros de las conferencias episcopales y a la red de periodistas de todo el mundo.

 

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