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Violencia y agresiones contra la prensa en las Américas no cesa

(signisalc.org).- El reciente informe sobre la situación de libertad de prensa en el último semestre en las Américas, realizado por la Sociedad Interamericana de Prensa (SIP), destaca el trabajo de periodistas y medios de comunicación para sortear medidas impuestas por gobiernos para contrarrestar la pandemia del COVID-19.  El documento revela que la violencia en la región ha cobrado la vida de nueve periodistas, el encarcelamiento de reporteros en Cuba y Venezuela, y las agresiones contra la prensa durante las protestas sociales en Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador y Haití.

En las conclusiones de los informes, el presidente de la SIP, Christopher Barnes y el presidente de la Comisión de Libertad de Prensa e Información, Roberto Rock, destacan , el esfuerzo de los socios de la SIP para continuar con el monitoreo de la situación de libertad de prensa, la discusión y redacción de los informes, pese a que la organización no pudo realizar su reunión en Saltillo, México, como tenía previsto a finales de marzo pasado.

Conclusiones de la SIP sobre libertad de prensa en las Américas

El presidente de la Sociedad Interamericana de Prensa, Christopher Barnes, y el  presidente de la Comisión de Libertad de Prensa e Información, Roberto Rock, destacan que a pesar de los estados de emergencia nacional, cuarentenas, toque de queda y otras medidas para controlar el COVID-19, los gobiernos de la mayoría de los países del continente han respetado las garantías constitucionales y principios internacionales sobre libertad de prensa y expresión, para que los medios de comunicación y periodistas cumplan con su labor indispensable.

Según apuntan, en Aruba, Chile, El Salvador y Trinidad y Tobago los gobiernos impusieron algún tipo de restricción al flujo de noticias, aunque, igualmente, la prensa se esforzó para mantener informadas a sus comunidades. Lamentablemente en Cuba, Nicaragua y Venezuela los gobiernos mantuvieron estados de excepción contra el periodismo independiente que obligan a seguirlos clasificando como regímenes autoritarios.

La cobertura de la pandemia ha estado marcada en el continente por una tensa relación entre los medios y el poder político, sin distinción de ideologías, ya sea por controversias en conferencias de prensa, escasa información oficial o señalamientos de funcionarios gubernamentales contra opiniones e informaciones críticas, como en el caso de los líderes de Estados Unidos, Donald Trump; de Brasil, Jair Bolsonaro; de México, Andrés Manuel López Obrador; de El Salvador, Nayib Bukele, y de Venezuela, Nicolás Maduro.

En Venezuela el régimen encarceló a dos periodistas por cubrir casos relacionados al coronavirus, mientras que la periodista Ana Belén Tovar sigue encarcelada desde el 19 de noviembre sin que se le hayan formulado cargos. En Cuba, además de Roberto de Jesús Quiñones que cumple una condena de un año, 11 periodistas independientes fueron detenidos en forma arbitraria y a otros 24 se les prohíbe la salida del país por el solo hecho de informar sin la aprobación del Estado. En Nicaragua continúa vigente un estado de sitio, en el cual el gobierno de Daniel Ortega no permite reuniones en espacios públicos, incentiva a agentes policiales y grupos parapoliciales para que ataquen a medios y periodistas, a la vez que mantiene un duopolio de medios a manos de familiares de la pareja presidencial.

Durante el último semestre no cesó la violencia contra periodistas. Nueve comunicadores fueron asesinados entre octubre y marzo pasados. Estos crímenes ocurrieron en Colombia, Guatemala, Haití, Honduras, México y Paraguay, mientras que una periodista continúa desaparecida en Perú. En Colombia, la impunidad sigue primando con la prescripción de siete casos de asesinatos y la posible prescripción de otros cinco durante 2020.

Las protestas sociales que en los últimos meses afectaron a Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador y Haití generaron agresiones directas contra las instalaciones de medios de comunicación y sus equipos de trabajo. Los medios fueron atacados por grupos sociales que se describían como agraviados por las condiciones políticas, económicas o sociales en sus países.

Los periodistas y medios también fueron blanco de ciberataques por parte de autoridades. Casos claros de bloqueos, hackeos y robos de identidad fueron perpetrados en Cuba y Venezuela, siendo considerado este último gobierno como uno de los más activos del mundo en este tipo de agresiones tecnológicas. Muchos otros medios fueron atacados, particularmente en El Salvador y Brasil, donde ocurrió un ataque cada siete minutos durante 2019.

Las conclusiones de los informes de libertad de prensa en español, inglés y portugués están disponibles en el sitio de la SIP

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