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Apretones de manos y sonrisas. Ya es el Papa del pueblo

Apretones de manos y sonrisas. Ya es el Papa León del pueblo

El saludo del Papa a los medios de comunicación rezuma sencillez

(ciociariaoggi.it).-     La cola, fuera, es la de las grandes ocasiones. En la cola se hablan muchos idiomas diferentes. Están los que han recorrido pocos kilómetros, llegando al Vaticano desde Roma y sus alrededores, y los que han venido de otros países de Europa, Asia o incluso de Sudamérica. Se trata del primer encuentro oficial del Papa León XIV, que ha elegido hablar ante los medios de comunicación en su primera audiencia como Pontífice. El Santo Padre, en el Aula «Pablo VI», se dirige a los periodistas, que tienen la delicada tarea de decir la verdad sin tergiversarla, de usar un lenguaje que construya la paz y que no conmueva las almas ni construya la guerra. Este es el delicado mensaje del Papa Prevost, lanzado ante los miles de periodistas presentes, unos cinco mil.

A su llegada, un largo y atronador aplauso saludó al Papa, que con esa sonrisa tímida y emotiva volvió a mostrar su rostro más humano, de quien tal vez aún no se ha acostumbrado a ciertas demostraciones de afecto. Después del discurso pronunciado ante el público, el Papa León XIV se encuentra con las personas sentadas en las primeras filas. Entre ellos, saluda al prefecto Paolo Ruffini y al secretario del Dicasterio para la Comunicación, Lucio Adrián Ruiz, junto a los directores del mismo organismo y a los responsables y miembros de otros periódicos. Particularmente emotivo fue el saludo con el director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni, y también con el padre jesuita Federico Lombardi, entre otras cosas presidente del Consejo de Administración de la Fundación Vaticana Joseph Ratzinger-Benedicto XVI. Un largo abrazo también con Valentina Alazraki, «decana» de los periodistas acreditados ante la Santa Sede.

Un rostro humano fue mostrado por el papa León XIV, quien entretuvo a un grupo de periodistas y no se contuvo ni siquiera cuando le pidieron que posara con un pañuelo de los Andes de Perú o que firmara una pelota de béisbol. Y de nuevo, sonríe y bromea cuando le piden que organice un partido de tenis benéfico: «Está bien», dice el Pontífice, «siempre y cuando no traigas a Sinner». Y una vez más, el Pontífice recoge regalos y regalos de los periodistas presentes, como el de Stefania Falasca, columnista de «Avvenire», que lleva a Prevost una reliquia del beato Papa Luciani. Después de intercambiar palabras y bromas con los periodistas presentes, al salir de la sala «Pablo VI», para el Papa Prevost todavía hay sonrisas, manos temblorosas, aclamaciones y bendiciones, especialmente a los más pequeños. Su misión en la Iglesia comenzó hace pocos días, pero León XIV ya ha entrado en el corazón de la gente: sencillez y humanidad son las consignas de su pontificado.

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