El carmelita descalzo Andrea Palmentura, activo en Facebook, habla de su experiencia en el Jubileo de los misioneros digitales y de los influencers católicos. Entre la contemplación y la comunicación, su testimonio en el octavo episodio del podcast «Specchi»
En el corazón del Jubileo dedicado a los misioneros digitales y a los influencers católicos, celebrado en Roma los días 28 y 29 de julio de 2025, el hermano Andrea Palmentura, carmelita descalzo de Bari, llevó la voz de quienes evangelizan en la web sin sacrificar la profundidad de la oración y la sobriedad de la palabra escrita. La suya es una vocación que nace en la intimidad de la contemplación y se expresa con sobriedad en Facebook, donde comparte reflexiones de fe y dialoga con quienes, incluso desde lejos, buscan una palabra de esperanza.
La entrevista, recogida para el octavo episodio del podcast Specchi de Radio Vaticano – Vatican News, se abre con el relato de la experiencia vivida en los días jubilares: «Una experiencia muy intensa, especialmente en los momentos de comunión. Hay un gran deseo de comunión entre nosotros y, cuando hay comunión, también hay un deseo de comunicación», observa el hermano Andrea. Y añade: «Es hermoso ver a tantos jóvenes de muchas lenguas, de muchos orígenes sociales, que se reúnen bajo el nombre de un mismo Dios. Hay hambre de sonrisas, y también ganas de darlas».
«La guerra comienza con palabras»
Significativas para él fueron las palabras pronunciadas por el Papa León XIV a los participantes en este Jubileo temático el 29 de julio: «Usó la palabra ‘paz’, que es la clave de su pontificado. Es interesante que se lo haya dirigido a nosotros que estamos en la web, porque muchas veces pensamos que la guerra está fuera de las pantallas, pero a veces también se desarrolla en las redes sociales». El hermano Andrea subraya la importancia de un estilo de comunicación cristiano, capaz de generar reconciliación: «La peor guerra es la de las palabras. Debemos ser portadores de paz también en el lenguaje». La experiencia social, sin embargo, no está exenta de obstáculos. «Recibí mensajes agresivos, muy violentos. Pero elegí responder con palabras de caridad. Al final esa persona se disculpó y ahora siente estima por mí. Era el fruto de la caridad. Si viviéramos más la caridad, incendiaríamos el mundo de amor».
Un misionero que escribe, no «influencers»
Nacido en 1994, estudiante de doctorado en Teología Dogmática en la Universidad Pontificia de la Santa Cruz, el hermano Andrea prefiere llamarse misionero en lugar de influenciador: «Es una redacción que no me representa. Elegí escribir. Los videos a menudo se hacen para entretener, quiero fomentar la reflexión. Tienes que hablar a la mente y al corazón, no solo al vientre. Solo así el anuncio no solo es eficiente, sino también efectivo». En Facebook, donde la audiencia es mayor, el hermano Andrea a menudo se dirige a personas que han crecido en la fe pero luego se han alejado. Abre un diálogo paciente y respetuoso con ellos: «Creo que la autenticidad surge sobre todo en las relaciones personales. En los comentarios públicos, a menudo se usa una máscara. Pero en el diálogo privado, tal vez a través de un mensaje, la verdad sale a la luz».
«La oración es la base de la comunicación»
En la raíz de su misión digital, está la vida contemplativa: «La oración – explica el religioso citando a Santa Teresa de Ávila – es ‘estar a solas con aquel por quien sabemos que somos amados’. Estar frente a Dios nos enseña a estar frente a los demás también, incluso en las redes sociales. Es la oración la que me enseña a no ser un hombre virtual, sino virtuoso». Para gestionar la presencia online de forma equilibrada, el hermano Andrea sugiere disciplina e interioridad: «Hay que aprender a gestionar el tiempo, a organizar el día. Pero sobre todo, se necesita una mirada. Cuando perdemos la mirada en Cristo, nos aferramos a las cosas de manera incorrecta. La esperanza nace de esta mirada: no está hecha de expectativas, sino de expectativas. Estamos esperando a Jesucristo, no una idea».

El Papa León XIV saluda a los misioneros digitales durante su Jubileo (@Vatican Media)
Una vocación que nace en el silencio
La vocación religiosa del hermano Andrea tiene raíces antiguas. Dice que ya de niño, en la iglesia de los Carmelitas Descalzos en el barrio de Libertà de Bari, experimentó una profunda felicidad frente al Santísimo Sacramento: «Sentí que frente a Él era el niño más feliz del mundo, aunque afuera hubiera ruido y confusión. Yo estaba allí, en silencio, pero más feliz que todos». Esta serenidad la acompaña también hoy, en el ámbito digital: «Si nos dejamos transformar por el Evangelio, podemos transformar incluso los lugares difíciles. Incluso las redes sociales pueden convertirse en lugares de proclamación, si hay caridad».
Escuche el podcast con la entrevista con el Hermano Andrea