Redes Sociales

«Sister Jacky», la religiosa herediana que hace tiktoks

Esta hermana ha encontrado una pasión en esa red social y en las comunicaciones

(teletica.com/).-Jackelyn Álvarez forma parte de la congregación de las Hermanas Mercedarias del Santísimo Sacramento en Costa Rica, cuya sede se ubica en Santo Domingo de Heredia. 

​“A mí todos me conocen como ‘Sister Jacky’ y estoy en redes sociales como TikTok e Instagram”, comentó Álvarez.

Su historia en la congregación comenzó cuando tenía 18 años.

“Me encantó el carisma juvenil con el que las hermanas estaban en el colegio, evangelizándonos. Ahí fue donde tomé la decisión de unirme”, relató.

Años atrás, la congregación llegó a Costa Rica para cumplir una misión en Alajuelita y, desde 2017, forma parte de la pastoral educativa del Colegio Santa María de Guadalupe en Santo Domingo de Heredia.

Asegura que desde pequeña encontró una pasión por la comunicación. De hecho, junto a su abuela, de niña, jugaba a ser presentadora de noticias. 

​“Siempre he tenido facilidad para expresarme y fue así como en la era de las redes sociales opté por utilizar mis redes sociales para hablar de nuestra congregación y de lo que hacemos”, añadió.

Actualmente, su congregación cuenta con un negocio de venta de pupusas con el cual recaudan fondos para desarrollar un proyecto similar en la zona de Tilarán, Guanacaste. 

Con venta de pupusas, monjas buscan recursos para extender su mensaje de amor

Pupusería Salvadoreña La Mejor es la iniciativa con la que la congregación de las Hermanas Mercedarias del Santísimo Sacramento deleita a los vecinos de Santo Domingo de Heredia, pero también recauda fondos para financiar muchos de sus proyectos.

​“Tenemos más de 20 especialidades de pupusas para que la gente pueda degustar lo mejor del sabor salvadoreño”, comentó la hermana Jackelyn Álvarez.

“Como religiosas, debemos servir al Señor donde sea necesario y, en este caso, me tocó a mí estar ‘echando’ pupusas para continuar con nuestros proyectos”, comentó la hermana Zuleyma Anaia, responsable de la cocina en el restaurante, quien aprendió a hacer pupusas en su país natal, El Salvador, gracias a la guía de su mamá.

Con la venta de pupusas, esta congregación busca abrir una nueva sede en el país, específicamente en el cantón de Tilarán, Guanacaste. Así que cada vez que un cliente compra uno de sus productos, colabora con este sueño de llevar un mensaje de amor a niños y jóvenes en estas comunidades.

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