Muchos confían ahora en su smartphone para que guarde todos los datos de su vida. analiza las desastrosas consecuencias de esta delegación. Thierry Derez hace para Aleteia un balance del impacto de la tecnología digital en nuestra memoria y nuestra personalidad.
(es.aleteia.org).-Por miedo a olvidar o por simple pereza, cada día las personas confían a sus teléfonos sus recuerdos, sus conocimientos y sus reflejos. ¿Y si esta externalización progresiva no fuera neutra y pudiera afectar a la memoria? Esta es la pregunta que se plantean Marc Tadié, neurocirujano, y Thierry Derez, abogado de formación y director de un grupo asegurador, en su obra Le cerveau sans mémoire (El cerebro sin memoria) para analizar el campo digital.
Lejos de ser un libro más sobre la desconexión o la adicción a las pantallas, este ensayo, documentado con las últimas investigaciones en neuroimagen, explora las consecuencias neurológicas, sociales y filosóficas del uso cada vez más masivo de los teléfonos inteligentes. Entrevista con Marc Tadié para comprender mejor el impacto que tienen las pantallas en nuestra memoria.
¿Cómo afecta concretamente lo digital a nuestra memoria?

Nuestro cerebro es como un músculo. Si no lo usamos, se atrofia. Los estudios demuestran que los centros de la memoria tienden a atrofiarse en las personas que utilizan demasiado las herramientas digitales y que están acostumbradas a delegarles muchas cosas.
Por ejemplo, el hipocampo (una estructura del cerebro que desempeña un papel fundamental en la memoria) de los taxistas londinenses antes estaba hipertrofiado. Pero desde la aparición del GPS, su cerebro se está atrofiando porque ya no memorizan ninguna ruta.
La cuestión con confiar tus datos a tu smartphone
Al delegar todo en las herramientas digitales, los circuitos de nuestra memoria dedicados a los recuerdos ya no se utilizan. Esto provoca la atrofia de nuestro cerebro, la pérdida de memoria y el riesgo de desarrollar Alzheimer precoz.
A esta pérdida de identidad se suma la pérdida de amigos, ya que la amistad se basa en las relaciones humanas. Es cierto que, gracias a las herramientas digitales, tenemos acceso al mundo entero, por lo que nuestro campo de comunicación es más amplio, pero hemos perdido las relaciones humanas presenciales con todo lo que ello conlleva en cuanto a sentimientos y recuerdos.
Es interesante señalar que, para las personas mayores o con discapacidad, el smartphone resulta una herramienta muy útil, ya que les abre las puertas a un universo al que no tendrían necesariamente acceso. Les permite sentirse menos solos y menos deprimidos. De hecho, si en los jóvenes el uso excesivo de las herramientas digitales puede provocar Alzheimer precoz, en las personas mayores, por el contrario, puede retrasarlo.
Pérdida de identidad

A esta pérdida de identidad se suma la pérdida de amigos, ya que la amistad se basa en las relaciones humanas. Es cierto que, gracias a las herramientas digitales, tenemos acceso al mundo entero, por lo que nuestro campo de comunicación es más amplio, pero hemos perdido las relaciones humanas presenciales con todo lo que ello conlleva en cuanto a sentimientos y recuerdos.
Es interesante señalar que, para las personas mayores o con discapacidad, el smartphone resulta una herramienta muy útil, ya que les abre las puertas a un universo al que no tendrían necesariamente acceso. Les permite sentirse menos solos y menos deprimidos. De hecho, si en los jóvenes el uso excesivo de las herramientas digitales puede provocar Alzheimer precoz, en las personas mayores, por el contrario, puede retrasarlo.
El smartphone debe seguir siendo una herramienta, no debe controlar nuestras vidas
También hay que desconectar. Por supuesto, es mejor asistir a misa o a una peregrinación en línea que no ir en absoluto, pero ir a Lourdes o a Chartres no tendrá nada que ver con lo que se vive a través de una pantalla. No hay que olvidar que ver a otras personas y paisajes beneficia al cerebro. El smartphone es una herramienta maravillosa, pero hay que saber utilizarlo. El smartphone debe seguir siendo una herramienta, no debe tenernos atados.