CULTURA DIGITAL

Hna. Xiskya Valladares sobre misión digital: “la Iglesia se debe construir desde las periferias”

(adn.celam.org).-El 13 de octubre se iniciaron los trabajos del denominado Módulo B2 en la XVI Asamblea General del Sínodo, una reflexión orientada a la corresponsabilidad en la misión. Los testimonios estuvieron a cargo de la Hna. Xiskya Valladares y José Manuel de Urquidi.

Los dos se centraron en la experiencia del denominado “Sínodo digital” que como parte de las acciones del proyecto “la Iglesia te escucha,” puso de manifiesto una necesidad pastoral que con el acompañamiento del Dicasterio para la Comunicación y la Secretaría General del Sínodo se destaca como una experiencia con la periferia.

Un nuevo mundo para la Iglesia

Sobre el tema destacaron la misión digital como uno de los aspectos de mayor importancia en la consulta mundial que hizo el Sínodo desde octubre de 2021.

Experiencia que alcanzó 150 mil participantes. El 30% de ellos dijo no ser creyente o estar alejado de la Iglesia, dentro de sus frutos dejó  “la conciencia de que formábamos parte de algo que podría llamarse la misión digital” y que incluso durante la reciente Jornada Mundial de la Juventud Lisboa 2023 alcanzó la presencia de 577 misioneros digitales provenientes de 68 países. Esto implica entender que no se trata simplemente de un instrumento para adelantar un proceso de evangelización sino “un espacio, un territorio … un nuevo mundo para la Iglesia de comunión y misión”, como en su momento lo denominó el cardenal Tagle.

Para la Hna. Xiskya, la nicaragüense que vive en España ya desde bastante tiempo es muy importante insistir en que “el ambiente digital es una cultura, un ‘lugar’ donde las personas – todos nosotros – pasamos gran parte de nuestras vidas,” que “tiene su lenguaje y modos de actuar propios,” y donde “para que la semilla del Evangelio crezca, tiene que ser inculturada”.

Ansiando la presencia de Dios

Cultura en la en la que “encontramos a hermanos que anhelan el Anuncio”, donde dijo haber “muchos que necesitan esperanza, necesitan sanar sus heridas, necesitan una mano, necesitan a Dios”.

Por eso, es importante entender que la virtualidad no solo debe pensarse como la oportunidad para ampliar las audiencias o desarrollar actividades sencillas como “comunicarles el horario de las misas, o invitarles a visitar la catedral”, más bien debe entenderse como un espacio adecuado para encontrarse, escucharse y acompañarse. Esto desde luego requiere salir de sí mismos asumiendo lo que “se dice que estamos en un momento de transformación en la Iglesia, que el modelo heredado ya no funciona para hablarle a la era digital”. Así la propuesta es que “la Iglesia se debe construir desde las periferias”, considerando la cultura digital como una de ellas, una “nueva Galilea”.

Por su parte el laico mexicano José Manuel de Urquidi aseguró que en el mundo digital “necesitamos saber dónde están las trampas y trucos”.

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Dispuestos a escuchar y dialogar

Es un espacio al que nos conduce “el mismo Espíritu que a través de este sínodo nos invita a abrazar la misión a esta nueva Galilea”. Para ello advierte la necesidad de “una escucha humilde, el acompañamiento y el diálogo, además del conocimiento de nuestra fe, lo que nos permitirá entrar en diálogo con una población que con dificultad se ve en las iglesias”.

“Son los que se fueron de la Iglesia, heridos por tantas discriminaciones, o se aburrieron de nuestras prédicas, o no entendieron nuestro lenguaje o quizás nunca pisaron una iglesia. Pero siguen buscando”. Gente que en el anonimato de la virtualidad puede “superar vergüenzas y distancias, o simplemente puede preguntar”, señalando que “entrar en diálogo con ellos requiere tiempo, paciencia, y mucho amor,” porque en un evangelizador digital, “lo que importa es tu capacidad de escucha y de diálogo”.

Para Urquidi el ambiente digital es “un territorio idóneo para una iglesia sinodal misionera en la que todos los bautizados asumen la corresponsabilidad por evangelizar”. En las redes donde “todo es provisorio, fluido e incompleto”, se debe ofrecer “el rostro misericordioso, que intenta comprender el lenguaje para trasmitir una vida, por lo que” invitó a soñar en que algún día todas las Diócesis tengan sus equipos de “misioneros digitales” enviados por Obispos; y que el ministerio de la escucha digital a los que sufren sea una instancia normal en la vida de la Iglesia.

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