TECNOLOGÍA

«The Social Dilemma»: ¿La tecnología domina nuestro mundo?

Un documental de Netflix enciende las alarmas sobre el poder de las redes sociales

(es.aleteia.org).-Podría ser una de las películas más vistas de 2020: «The Social Dilemma» de Jeff Orlowski, en el que destacados ex directivos y fundadores de las mayores redes sociales del mundo alertan sobre el inmenso poder que éstas están acumulando sobre las personas, y el peligro que este poder supone para la libertad y para la democracia.

El impacto de este documental es tal que el propio Facebook emitió un comunicado el pasado 11 de octubre desmintiendo, entre otras cosas», que las redes sociales «estén diseñadas para crear adicción» o que el algoritmo sea «malo». No obstante, tanto expertos en educación como en psicología y en leyes ponen en guardia contra el «nuevo poder» emergente y sus implicaciones en la merma de libertades personales.

Al respecto, Aleteia consultó a Ofelia Tejerina,  profesora de Derecho y experta en Derecho Informático de Comillas ICADE, y también presidenta de la Asociación de Internautas de España, que entre otras cosas lucha por limitar el uso abusivo de la tecnología sobre las personas.

Y este es precisamente, uno de los puntos que señala la experta sobre el peligro de las redes sociales: «Las redes sociales acumulan datos sobre el comportamiento y las interacciones de sus usuarios para poder prestar un servicio, y esto es lógico, pues si no no podrían ofrecer el servicio. El problema viene de la cantidad de datos que las redes recopilan sobre nosotros, que es incalculable, hasta el punto de poder hacer perfiles casi perfectos de los individuos. ¿Realmente necesitan tener tantos datos sobre nosotros?».

THE SOCIAL DILEMMA

Tal y como denuncia el documental, las redes sociales, mediante la información que acumulan gracias a las interacciones y las acciones de los usuarios (likes, comparticiones, etc) pueden elaborar modelos precisos sobre el comportamiento, e incluso sobre el pensamiento, de cada persona, y utilizarlo para hacerle consumir publicidad ad hoc, o para fines menos transparentes por parte de actores interesados que saben explotar esta potencialidad, como condicionar el resultado de unas elecciones, situación que el propio Facebook reconoció que había sucedido en 2016.

«La situación a la que hemos llegado es que las redes sociales, gracias a la inteligencia artificial, acumulan tantos datos sobre nosotros, nos conocen tan bien, que corremos el peligro de ser «clasificados», etiquetados de manera identificada o individualizada, con base en nuestra tendencia política, nuestros gustos, etc. Y tener tanta información sobre las personas supone tener un poder inmenso sobre ellas. Sabemos, por la experiencia de los regímenes totalitarios, lo peligroso que es que estemos «clasificados» en una lista, que alguien tenga tanta información sobre nosotros«.

¿Podríamos llegar en un futuro no muy lejano en que una IA decida si podemos acceder o no a una hipoteca o a un tratamiento contra el cáncer? La cuestión es muy sensible, pero por desgracia, las legislaciones aún van con retraso.

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