Noticias

Tu hijo estudia con vídeos de Youtube. ¿Qué dicen los expertos?

(El mundo – España).- «Mis alumnos son incapaces de leerse 150 páginas. Es triste pero es así». Esta afirmación, «tan dolorosa como cierta», retumba en un despacho sin ventanas de una facultad de Ciencias de la Información. «La Universidad actual está marcada por la cultura de la vagancia. Muchos de mis estudiantes apenas tocan los libros. Y es aquí donde el vídeo juega un papel fundamental». Así lo explica José Antonio Jiménez de las Heras, director de la Plataforma de Divulgación Científica Audiovisual de la Universidad Complutense de Madrid (UCM).

 

Según él, éste es el motivo principal por el que el vídeo como herramienta didáctica puede, y debe, transformar por completo la Universidad. Esto, y que los estudiantes se desenvuelven en un mundo plenamente digital. «El 90% de la información se consume a través de herramientas audiovisuales. La implementación del universo 2.0 en la educación es necesario y evidente», asevera el profesor.

 

86 de cada 100 estudiantes en Estados Unidos utilizan YouTube como ayuda para los deberes, para informarse o, simplemente, para aprender. Estos datos llegan desde Sillicon Valley y los confirma Quim Sabrià, ex profesor de Matemáticas y fundador de EDpuzzle, una plataforma digital inspirada en una de las webs con más peso en Google, y que permite a los profesores convertir sus vídeos favoritos en lecciones. O viceversa. Una especie de enciclopedia en la que lo audiovisual sustituye tanto al papel como al discurso magistral.

 

«Para las nuevas generaciones, los vídeos y las redes sociales son plataformas donde formarse. Existen miles de jóvenes que quieren aprender y millones de personas dispuestas a enseñar». Así de sencillo. Desde su nacimiento, hace ya tres años, EDpuzzle no ha parado de crecer. Lo que empezó con 10 profesores en California cuenta ya con siete millones de alumnos, 600.000 docentes y dos millones de vídeos. Funciona en 150 países, pero sólo el 2% de sus usuarios proviene de España. «Esta aplicación brinda al profesor la oportunidad de encontrar vídeos adecuados para sus alumnos», describe Sarrià.

 

La teoría sale del aula

 

Una mezcla entre Wikipedia y YouTube en la que el docente elige entre subir un vídeo propio a la nube, y crear así contenido, o servirse del trabajo de otros. El estudiante puede verlo en un dispositivo personal -ya sea ordenador o smartphone- y las cuestiones que aparecen a lo largo de la pieza se contestan de manera individual. «La teoría sale del aula y el profesor es capaz de completar el programa», reitera el fundador de la plataforma educativa.

 

Observar quién presta atención y quién no, amenizar la lección, el ahorro de tiempo, la flexibilidad y la personalización son, según Sabrià, las claves del éxito de EDpuzzle. «Normalmente, los docentes no tienen constancia de qué ocurre con los alumnos. Lanzan una pregunta al aire, contestan tres y la clase avanza«, alerta este emprendedor. Con esta aplicación, y gracias a una hoja de datos, el docente puede ver quién contesta, quién presenta una mayor dificultad o qué conceptos no se han entendido bien a nivel general.

 

Mientras, el alumno se toma su tiempo para responder, ve el tema tantas veces como quiere, se lleva la lección a casa y avanza cuando todo está claro. «Esto ha ocurrido desde siempre España. Es igual que cuando el maestro decía: ‘Os leéis tres capítulos del libro en casa y mañana lo comentamos juntos en clase'», asevera Sabrià.

 

¿Hacia dónde vamos?

 

Así, su apuesta es un YouTube para profesores que, en un futuro no muy lejano, transforme por completo la Universidad. Una plataforma en la que todos los docentes del mundo compartan, a través de vídeos, sus lecciones y conocimientos. Un espacio virtual que permita que un catedrático pueda dirigirse a la vez a estudiantes de todos los rincones del planeta. Que cualquier joven pueda estudiar en Harvard. La Universidad audiovisual. Ésa en la que la teoría se aprende en casa.

 

Llegados a este punto, cabe preguntarse: ¿estamos ante el fin de la asistencia a clase? «Eso dependerá del docente y de cómo éste emplee el tiempo en el aula. Desde EDpuzzle defendemos la Universidad como un espacio para las relaciones personales, el aprendizaje por proyectos, los trabajos en grupo. Si los estudiantes sólo acuden para tomar apuntes, con los vídeos no volverán a pisar el aula«, responde el ex profesor de Matemáticas.

 

Con este emprendedor de Sillicon Valley coincide José Quintanal, vicedecano de la Facultad de Educación de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED): «Las clases virtuales no sólo son factibles, son reales. Nos vienen impuestas por el contexto. En un entorno digitalizado, la educación debe adaptarse al vídeo e integrarlo. Basta de ir siempre por detrás».

 

Para él, las lecciones a distancia cumplen una labor social. ¿La razón? Se pueden escuchar en cualquier momento y lugar. Foros y redes sociales completan la tarea: «Si limitamos la Universidad a vídeos, eliminamos la relación profesor-alumno. Por eso, herramientas digitales como el correo electrónico o los blogs facilitan la interacción», señala.

   

Un elemento atractivo y divulgativo

 

Charo Lacalle, catedrática de Periodismo de la Universidad Autónoma de Barcelona, empezó a usar el vídeo en clase allá por 1992. Entonces impartía la asignatura de Semiótica de la Comunicación. A muchos estudiantes, esta materia les parecía dura, compleja, abstracta. Sin embargo, fue proyectar una película y todo cambió. «La imagen en general, y los vídeos, en particular, hacen la lección más atractiva y divulgativa», explica la docente. «La mayor parte de los vídeos, ya sean grabaciones propias o fragmentos de otros autores, van dirigidos a un público muy amplio. Cuentan una historia, ilustran, ejemplifican. Con ellos, los contenidos se absorben más fácilmente».

 

En esta línea va El vídeo como recurso didáctico para mejorar el conocimiento, un estudio llevado a cabo por los profesores Luis Adiel Morales y Teresa Guzmán. A través de una encuesta realizada a alumnos de distintos centros, demuestra la necesidad de implementar el vídeo como herramienta didáctica. «Un material audiovisual dentro del aula permite presentar un concepto determinado de una manera distinta a los alumnos, dando a la clase un ambiente de aprendizaje dinámico», recogen los expertos. Y subrayan: «No hay que olvidar que las generaciones actuales están creciendo en un ambiente de mucho color y dinamismo en la transmisión de información».

 

Lacalle coincide con esta tesis: «Yo lo comencé a utilizar hace 24 años. Quería que no fuese un suplicio venir a clase». Y lo consiguió. «Ya en aquel momento, menos digital que el actual y con menos medios, observé que los alumnos lo agradecían.Los vídeos hacían la clase ligera y agradable y eso se veía reflejado en la asistencia. Mantiene a los estudiantes atentos y ayuda a analizar y a aclarar conceptos», reitera la profesora de la UAB.

   

La ‘cara B’ de lo audiovisual

 

Pero ojo, encomendarse a la imagen en movimiento tampoco es la solución. «Los vídeos son muy útiles, pero no sustituyen al docente. Ni los alumnos están preparados para la conversión total ni este material es suficiente«, espetan Jiménez de las Heras y Lacalle cuando se les pregunta por un grado 100% audiovisual. Ambos defienden el paso por la Universidad como una etapa de la vida, clave para la formación personal -no sólo académica- del alumnado y al vídeo como una herramienta didáctica complementaria, que no única.

 

Para estos docentes, el material audiovisual simplifica los contenidos y elimina por completo la relación profesor-alumno. «Es imposible que 500 páginas enseñen los mismo que 10 minutos de película. Se quedan bastantes conceptos en el tintero», asegura el director de la Plataforma de Divulgación Científica Audiovisual de la UCM.

 

La brecha generacional, la falta de recursos económicos y la incapacidad de los alumnos de llevarse trabajo a casa son otras razones por las que ambos profesionales rechazan la conversión total de la Universidad. «Sí, el vídeo es muy útil, pero eso no significa que un YouTube de lecciones magistrales sea suficiente«, incide Sarrià. «Por ejemplo, uno de los mayores problemas de EDpuzzle es el seguimiento. El 90% de los usuarios no acaba los cursos. Eso ocurre, en primer lugar, porque se necesita una base y, en segundo, porque los estudiantes aún no están preparados. En ningún sitio del mundo».

 

Y menos en España. La Universidad patria no parece estar, en esto, a la altura de las circunstancias. Aquí la conversión audiovisual ni es inminente ni, mucho menos, fácil. «Entre un 15% y el 30% del profesorado puede utilizar herramientas tecnológicas vinculadas al ámbito audiovisual«, señala Jiménez de las Heras. Aunque cada vez son más los docentes que se suben al carro del vídeo, que amenizan y completan sus clases con material audiovisual, las cifras siguen sin reflejar la digitalización real. Para ello, hace falta una gran inversión. «Una inversión que, con las consecuencias de esta crisis económica, tardará en llegar», sentencia.

 

 

Escrito por: Ángela Castillo

 @angelacb92

Deja una respuesta