(adn.celam.org).-Reflexionar sobre “la presencia de la Iglesia en el areópago de la comunicación a partir de Aparecida”, ha sido el propósito de la ponencia de Susana Nuin dentro del Congreso Internacional virtual “Aparecida, 15 años después, a la luz del Magisterio del Papa Francisco”, que se celebra de 12 a 14 de septiembre. Un momento para reactualizar Aparecida en “todo aquello que nos queda por descubrir, por comprender, por profundizar”, como ha señalado.
Comunicación como proceso
Una reflexión abordada desde tres momentos: la comunicación antes de Aparecida, durante y después, algo que influyó en Documento y en la propuesta de fondo de Aparecida, según la directora del Cebitepal. Al hablar del antes, se ha remontado a Santo Domingo, donde se dio una realidad comunicacional muy particular, con dos oficinas de prensa, que calificó como un fuerte conflicto y dolor, algo que no se podía repetir en Aparecida, donde la comunicación fue trabajada como un proceso desde dos años antes, que califica como un tiempo de mucho discernimiento.
Un trabajo que se llevó a cabo junto con referentes de la comunicación a nivel continental y los departamentos de comunicación de las conferencias episcopales del continente. Poco a poco se fue descubriendo el diálogo como metodología a seguir, algo que cambió el desarrollo de la Conferencia de Aparecida y su propuesta posterior. Un camino de diálogo que, según Susana Nuin fue asumido por el entonces presidente del Celam, el cardenal Errázuriz.
Equipo interdisciplinar de comunicación durante Aparecida
Durante la V Conferencia del Episcopado de América Latina y el Caribe, fue creado un equipo interdisciplinar, coordinado por Mons. Jorge Eduardo Lozano, actual secretario general del Celam, del que Susana Nuin formaba parte, en el que se llevó a cabo un trabajo integral, que despertó gran interés en la prensa. A lo largo de los días de la conferencia se buscó, según la directora del Cebitepal, que “a los obispos que estaban en la Asamblea no les faltara la opinión de lo que estaba saliendo en la prensa”. En los días de la conferencia, Susana Nuin reconoció la existencia de lo que llama dificultades ideológicas, que llevaron a distorsiones sustanciales de lo que realmente sucedió.
Sobre el después, sobre lo que aparece en el documento en relación con la comunicación, Nuin ha destacado que el Documento de Aparecida fue un texto contextualizado, no fue un texto escrito solo por teólogos o solo desde algunos ángulos, fue un trabajo de elaboración conjunta, destacando el enorme trabajo del cardenal Bergoglio, su escucha para elaborar las modificaciones.
«Discípulos misioneros» gran elemento comunicador
La directora del Cebitepal destaca algunos elementos en el texto de Aparecida en relación con la comunicación que marcan sustancialmente. El gran elemento comunicador, en su opinión, fue el título, “discípulos misioneros”, que provocó gran resonancia a nivel continental y mundial. En segundo lugar, destaca el haber emprendido el camino de la comunicación como proceso, superando el preparar eventos para trabajar en un proceso real donde el camino y la meta se unifican en el por qué y el para qué. Igualmente destaca que por primera vez aparece la necesidad de una política comunicativa.
Entre los elementos a destacar, Susana Nuin sitúa el diálogo vivido, siendo subrayada la cultura digital y la importancia de los medios, que llevó a difundir Aparecida de forma muy mediática, desde el Vaticano, pero también desde las conferencias episcopales y desde las iglesias particulares. Por eso insisten en que “la comunicación en Aparecida no es una instancia, no son las páginas que se dedican a esto, es un proceso dialógico que desemboca en un documento que tenemos que seguir profundizando, pero que también hizo un gran impacto comunicativo en el continente, y que abre al estilo de comunicación del actual Papa Bergoglio”.
Importancia del lenguaje digital en la evangelización
Analizando la actual realidad comunicativa en la Iglesia, Susana Nuin ha afirmado que “estamos semi alfabetizados digitalmente”, insistiendo en que en América Latina 70 millones de habitantes no tienen acceso al mundo digital, algo que la Iglesia debe tener presente a la hora de hablar de nuevas formas de evangelización, en las que considera que todavía hay mucha distancia, haciendo ver la necesidad de preparar, especialmente a los catequistas, en el campo digital, buscando captar la atención del interlocutor, del niño, del adolescente, del joven, que manejan algún tipo de dispositivo, inclusive en realidades muy pobres, y que considera decisivo para llegar a ellos. Por eso ha insistido en formar en las nuevas tecnologías de comunicación, resaltado que falta mucho aún.
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Una comunicación en la que todavía tiene mucho alcance e importancia la radio, sobre todo en el mundo rural, un vehículo comunicativo fabuloso, destacando la importancia en América Latina y el Caribe de ALER y de SIGNIS.
